lunes, 22 de febrero de 2016

Reseña "La casa Verde"


La casa verde es la segunda novela de Mario Vargas Llosa, que se publicó en 1966 y se alzó con el premio Rómulo Gallegos. La casa verde es una novela coral, a medio camino entre la seca ciudad de Piura, al norte de Perú, y Santa María de Nieva, un poblado de la Amazonía. Cuenta muchas historias, la de Don Anselmo, que fundó un prostíbulo al que llamó La casa verde, la de los inconquistables, la de Bonifacia, que fue expulsada de un convento por sus costumbres indígenas.
Con una estructura compleja debido a los cambios de voces, a los saltos temporales (a veces en la misma página, a veces en la misma frase), a la cantidad de personajes, esta novela requiere toda la atención de un lector para no perderse en esta tela de araña. O, mejor dicho, en este cubo de Rubik que hay que ir moviendo para que todo esté finalmente ordenado, para que todo finalmente encaje. Eso implica a veces tener que echar el freno y, otras, tener que volver atrás para seguir después avanzando con paso firme. Impacta saber que el Nobel de Literatura escribió una obra así sin haber cumplido aún los 30 años, poniéndose a la altura de grandes autores de la literatura universal como Faulkner y Joyce. Pero más allá de la estructura formal, impacta la profundidad de una obra capaz de bucear en el alma y las miserias humanas de la manera en la que lo hace. 

La casa verde es una llamada de atención a determinadas prácticas de la iglesia católica en Latinoamérica, al genocidio contra los pueblos indígenas peruanos: los huambisas, los aguarunas, los mangaches. Y también es un retrato de lo cuesta arriba que se hace a veces la vida, quizá por los climas extremos del desierto o de la selva, quizá por la soledad. 

Un libro difícil que hay que coger en el momento adecuado. Intenso, con algunos pasajes de sublime calidad y de preciosa sonoridad, pero no apto para todo tipo de lectores. Quizá, para aquellos que quieren acercarse a la obra de Vargas Llosa, lo mejor sea comenzar por alguna de sus novelas más "fáciles", comoTravesuras de la niña malamucho más accesible

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